viernes, 11 de mayo de 2012

Navegador de cuerpo ajeno


Al pararme frente a un espejo me veo ajeno, no soy yo, el conjunto de partes que me forman no me completan, unas me sobran y otras me faltan, al desnudarme enfrento mi prisión, mi ser no puede acomodarse al molde, aunque me digan que tenemos dos cuerpos uno material y otro etéreo y que es de madurez aceptarse tal como uno es, mi esencia, mi espíritu y mi alma, no lo aceptan, mi ser no logra gasificarse y llenar los recovecos de la estructura que me contiene. Solo pido que me saquen de esta escafandra que no me deja realizarme, o que tan solo me ayuden a destruirla, ya que con mis manos solo logro mutilarla.

Me siento como un navegador submarino, quien a través de lumbreras puede observar el mundo que lo rodea, soy un navegador que a grito sordo pide tocar y sentir el mundo que tiene a una piel, mundo que no lo acoge, que le dice que no pertenece, que respete su naturaleza, que si le hubieran dado branquias sería diferente.

Pero luchar es mi verbo de acción, quizás me tendré que ahogar en las aguas del mundo que no me quiere recibir, quizás necesite de mañas y artefactos para sobrevivir, quizás serán muchos los obstáculos y mareas que tendré que sortear. Pero de algo estoy seguro, transitare, agonizaré y naceré en vida, para disfrutar de la humedad que me invita a padecer mi identidad.

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