jueves, 26 de junio de 2008

El Comienzo


caminando la esperaba a fueras de su trabajo, encendía el segundo cigarro cuando se me cruzo el primer rostro. La tomé por la cintura y la besé, ella traía en su cuerpo un suave olor a bálsamo. Al llegar, nos sentamos, con mi mentón sobre su hombro mis ojos me mostraron a mi madre, la humedad de su cabello refresco mi excitada respiración, la deseaba. Al sentir su mano en mi cuello solté una lágrima, mi estómago predijo la despedida. Todavía la veo en un paradero, en la fila del banco, se que voy a conquistarla… “Piensa antes de hacer las cosas”… con el corazón no se puede, me case tan enamorado, el día de nuestro matrimonio nunca lo voy a olvidar, esa noche quisimos hacer el amor, pero no pudimos el cansancio nos ganó… dormí tan tranquilo, al despertar y para siempre seria mi mujer.

No hay comentarios: